LECTURA COMPLEMENTARIA Nº 02
Ningún escritor haya echa tan conscientemente su estilo de arte de provocar buena lectura más abierta al, mismo tiempo de frenar por el asombro del contenido. Hay que aprender a escuchar la factura musical de este pensamiento, la manera alusiva y enigmática de anunciar un tema. Este estilo es la otra cara de un nítido concepto de lectura que, a medida que nos hace más exigente. De esta manera abre el espacio en que pueden consignarse las palabras y elaborarse las extraordinarias series de obras que nos continúan, comentan y afirman.
No escribir de otra cosa más que de aquello que podría desesperar a los hombres que se apresuran, al poner el acento sobre la interpretación toda concepción naturalista o instrumentista de lectura leer o escribir consumir, adquirir es trabajar.
Que leer es trabajar quiere decir ante todo que no existe un código común al que hayan sido traducidas las significaciones que luego vamos a descifrar. El trabajo consiste entonces de determinar el valor que el texto asigna a cada uno de sus términos valor que pueden estar en contradicción abierta con el que más posee un mismo término en otros textos.
Podemos tomar varios ejemplos sencillos, en que podemos observar la contradicción que puede existir entre la significación de un término en discurso filosófico o literario, con el valor que tiene en el texto de una ideología dominante.
Esta noción es por lo tanto no solo ajena a la significación que le asigna la ideología dominante, sino directamente opuesta, ya que esta ultima “voluntad de dominio” se entiende como el deseo de dominar superar, oprimir a otros someterlos a los valores y las jerarquías existentes.
Traemos estos ejemplos solo para indicar que toda lectura objetiva neutral o inocente es de realidad una interpretación, que conlleva de por sí una dislocación de las relaciones internas de un texto, resuelto de la traducción previa de una ideología dominante.
Lo anterior es suficiente para disipar la ilusión humanista, pedagógica opresoramente generosa de una escritura q e regala un “lector ocioso”.
Estas observaciones pueden servir de introducción a un tema central de una teoría de la lectura, en la que dejamos una vez más la palabra para estudiar.
A) En última instancia nadie puede escuchar en las cosas, incluidos los libros, más de lo que ya sabe.
B) Cuando me represento la imagen de un lector perfecto, siempre resulta un monstruo de valor y curiosidad y además una rosa dúctil asusta cauta un aventurero y un descubridor nato.
Como mantener asidos los dos extremos de esta cadena contradictoria en lo que se propone que no se lee sino lo que se sabe y que para leer es preciso ser un aventurero y un descubridor. La más silenciosa de todas las horas principalmente en el pasaje está lleno de terror entonces algo me hablo sin voz.
Así se construye el vinculo entre los extremos contradictorios de la cadena “lo que ya sabe” y la exigencia de valor, de audacia y de riesgo para llegar a ser un descubridor. Una pregunta abierta es una búsqueda en marcha que tiene un efecto específico sobre la lectura. Poseemos una magnifica, una redentora capacidad de olvidar todo lo que no podemos convertir en un instrumento de nuestro trabajo. Haya que tomar por lo tanto en su sentido más fuerte la tesis de que es necesario leer la luz de un problema.
Un problema es una sospecha y una esperanza. La sospecha de que existe una unidad y una articulación necesaria allí donde vemos algunos elementos dispersos, que solo podemos entender parcialmente como una herida abierta.
Leer a la luz de un problema es pues leer en un campo de batalla abierto por una escritura y por una investigación. El capital tiene su propia concepción. La lectura no puede ser si no una de las dos cosas en las que del capital divide el ámbito de las actividades humanas.
El primer momento se trata como demostró MARX con respecto a todo consumo final de la producción ideológica.
Pero sea que se tome como ahorro o como gasto, la lectura queda siempre como recesión. Nadie a llegado a conocer el marxismo, si no lo ha leído en una lucha contra la explotación, ni el psicoanálisis si no lo ha leído y sufrido desde un debate con su problemas inconsciente.la meditación Derrida sobre el desarrollo de la lingüística muestra que nadie pueda llegar a ser lingüista al margen de una lucha contra la teología implícita en nuestro lenguaje y en las formas clásicas de pensarlo.